Regáleme la guitarra

Este es Jonathan (el de la cara tapada) Subí el dedo, sacá el otro, pone, toca, apreta, rasguea...este es un intento de clase a Jonathan, un chico que conocí hace 4 años, cuando el tenía solo 8. Muy simpático y gracioso, hijo de Claudina y Ricardo, hermano mayor de Judit, Candela y Nair, sobrino de Adriel (veasé "Para el Adriel").
El año que lo conocí nos hicimos amigos, se me acercaba porque le gustaba mi guitarra, y cada tanto la agarraba y cantaba canciones, sin saber mucho que tocar, pero tenía facilidad. Ese año cuando me estaba yendo me dijo: "regáleme la guitarra..." La verdad que me daba cosa darle mi guitarra viajera, asíque le dije que si alguna vez volvía le iba a traer una. Aca viene lo interesante, todo debe ser por algo, porque al año siguiente me tocó volver al mismo pueblo y le llevé esa guitarra que él me había pedido, me desprendí de ella y disfruté de ver la cara de felicidad que tenía Jony. Algunas pocas clases tuvimos, y no llegamos a tocar mucho. Pero me fui contento porque por lo menos ya tenía una guitarra. Pero Dios siempre pide un poquito más no? Bueno, por tercera y cuarta vez volví a San Antonio, y seguimos con las clases, y no es por agrandarlo pero tiene talento! En estos años hicimos una buena amistad, y siempre es una emoción volver a verlo, claro que un poquito más grande.
El regalo más lindo: Este año me dijo de ser su padrino de confirmación, el 13 de junio. Por lo que en este invierno andaré de vuelta por San Antonio...

Una familia

Fabiana y Calixto... Si uno tuviera que buscar una familia que se asemeje a Nazaret, yo elegiría esta. Seguramente por la gran humildad que tiene. Fabiana y Calixto están casados hace 8 años, y tienen dos hijos, tienen una casa en el cerro y otra cerca de la escuela.
Es conmovedor escuchar a Fabiana hablar de su familia, sobre todo escucharla decir que su fe le ayudó a superar situaciones duras en su vida, y a valorar mucho lo que hoy tiene. Tiene un profundo amor por sus hijos, y es admirable verla como se esfuerza día a día por ellos. Se pasan las horas charlando con ella, mientras nos cuenta de sus vivencias, con sus ojos lagrimeando por la emoción.
Su esposo Calixto, un hombre muy bueno, lleno de paz y con mucho respeto a Fabiana. Todos los días trabaja en silencio, y con toda dedicación cuida a sus hijos. Es para mí, el reflejo de José en la familia.
Una familia de corazón muy grande, ojalá tuviera más fotos de ellos.

Vamos que salimos!

Agarramos todo, tenemos la virgen, la biblia, comida, mochila, oraciones, rosarios, todo el equipito. Es temprano, bien temprano, recién está saliendo el sol y se siente el fresco de la mañana. Todo listo para salir a visitar las casas que están lejos. Uno se dispone a caminar sin ningún problema. A veces con guía y otras no. La cuestión es que da gusto andar por los caminos y por los "senderos" para darle una alegría a la gente. Siempre veo distintas formas de ser en la gente cuanto más adentro del cerro llegamos, están los que tiene que hablar y hablar, descargarse después de tanto tiempo de no hablar con gente de afuera, y también hay algunos que se ponen más silenciosos, cuanto más alejados del pueblo se nota como una profundidad mayor en las personas, un silencio interior que comparten todos los días de sus vidas con su alrededor, con los cerros y sus familias.
A veces no se sabe cuánto hay que caminar ni por dónde, pero simpre se llega.


Otra misionera del pueblo: Marquesa (la que nos guía)